Festival flamenco a los pies de la muralla gitana en los Jardines del Valle de Sevilla

Aurora Vargas, Pansequito y Pastora Galván protagonizan un cartel en homenaje al cantaor sevillano José de la Tomasa

A José de la Tomasa, exponente cantaor del flamenco sevillano, le unen muchos vínculos con la Hermandad de los Gitanos de Sevilla. Con tal de acompañar al Señor de la Salud, fue aguaor de la cuadrilla de costaleros. Le ha cantado a muchos Cristos, pero según sus palabras, “cuando le canto al de los labios morados me tiembla el alma”.

Flamenco

II Festival Valle Gitano de Sevilla_junio de 2019_José de la Tomasa

El Festival Valle Gitano, organizado por segundo año consecutivo por la Hermandad de los Gitanos con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla, está llamado a consolidarse como festival flamenco de verano de la capital hispalense. El pasado sábado, 22 de junio, le rendía homenaje a José de la Tomasa que supo reaccionar al buen ambiente que se respiraba desde el público, y protagonizó un duelo por tonás con su nieto Manuel de la Tomasa de los que son difícil de olvidar.

El sitio es perfecto. A las espaldas de la Iglesia de los Gitanos y delante de la muralla mozárabe de Sevilla, con muy buena iluminación y sonido que agradecen los artistas. Rodeados de la vegetación de los jardines y el patrimonio histórico, cantó la esperada Aurora Vargas por alegrías y soleá. Se trata de una cantaora festera, pero con una peculiaridad: canta como nadie las penas por tangos y bulerías. Como la retama, amarga, dura y bravía, la artista sevillana se mueve sobre el escenario con la misma fuerza desde hace décadas.

Le sigue el cantaor portuense Pansequito, quizás el cantaor decano del panorama actual. Hace los cantes con sabor añejo y, tanto él como su mujer, sacan las letras de la enciclopedia del flamenco. Ambos cantaron acompañados de la guitarra de Miguel Salado. La taranta nos deja múos y solo nos queda mostrarle todos los respetos.

El cuadro flamenco que nos trae Pastora Galván no puede ser más afortunado. Al cante el Rubio de Pruna, a la guitarra El Perla y a las palmas el genial Bobote. Ella se mueve con descaro sobre el escenario y aporta color y gitanería, más si cabe, al festival flamenco. Hace magia con los flecos de su vestido y los Jardines del Valle se vuelven un bosque encantado.

Para terminar, vienen sones flamencos de otras tierras y desembocan en San Román. Un grupo de artistas cantan por bulerías y acompañan al remate final de Dani de Utrera y Rocío la Turronera.

 

Sobre Araceli Pardal

Periodista. Vivo en Lebrija.
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