Zambomba Flamenca de la Hermandad de los Gitanos: ASÍ LLORA LEBRIJA POR NAVIDAD

Cartelón y lleno absoluto, junto a los cantaores más consagrados han sonado metales nuevos este año

Caminaba este viernes 12 de diciembre hacia el Teatro “Juan Bernabé” con mi mujer y mis hijos y presentía mediante lo que ocurría a mi alrededor lo que podía suceder en la 22 edición de la Zambomba Flamenca organizada por la Hermandad de los Gitanos: El agua de la fuente del Elio cantaba al caer con júbilo y alboroto, el cielo encapuchado de gris tenue lloraba sus primeras lágrimas sobre esa Giraldilla tan flamenca vestía de oro envejecido y collar de luces de Navidad, y ese peinado del teatro iluminado por unas estrellas que solo había allí, fue lo que me produjo esa premonición de éxito.

Vaya que si lo fue, cartelón y un lleno absoluto. Quizás haya faltado un punto más de sal al espectáculo, yo buscaba un algo más  y no lo encontré, y digo el porqué, porque en esta zambomba se siente más que se ve.

Aperitivo de polvorones, pestiños, vino negro o aguardiente de Casa Bar Taroque para amenizar la entrada al teatro, y así dar tiempo para encender el baño de leña del escenario y poner esas bombillas de luz de colores a las flores de pascuas que posaban en aquella pequeña escalera.

- ¿Qué se puede destacar de esta edición? La diversidad de voces de todo el espectáculo, han sonado voces de diferentes metales como ningún año, cada una con un mensaje, algunas despertaron los lagrimales de los asistentes.

- ¿Con quién me quedo? Me quedo con muchos, pero si tengo que elegir, me quedo con la musicalidad de las guitarras de caoba pura de Pedro Peña, Luis Carrasco, Currito Malena y Curro Vargas; y con el otro sonido del espectáculo de los dos Manuel en la percusión, caja, timbales, platillos… que nunca se valora su gran aportación, solo la de los cantaores y son culpables del otro color de la zambomba.

- ¿Y de cantaores ? Poca continuidad por los que me gustaron a mí:

Malenísimo villancico de Malena Carrasco, imán de cal, pausado y con dolor meció su rama de canela que lleva dentro, voz que promete y despunta. Deseaba otro más, el brío y la firmeza de Raquel Zapico, me gusto más hace dos años con la nana. El segundo villancico de Inés Bacán, lo recogió en su personalidad y se lo metió en su faltriquera para darle su arraigado metal abacanado. La otra voz que augura futuro, la de Luis Vargas, metal mondego de pie a cabeza, partió su timidez en sonata gitana de Navidad, otro villancico más tenía q haber cantado.

Y por supuesto el villancico de la cenicienta lebrijana en el flamenco Anabel Valencia, tremendo el silencio del teatro escuchando su duende, el duende que duerme en todas las habitaciones de su sangre, poco surtido para tan gran artista. Y por supuestísimo, el Papa del Flamenco como lo catalogan, ¡¡benditas tus oraciones José Valencia!!, artista que se abre sus venas en cada actuación, es uno de los estandartes de esta zambomba, fundador y fiel a la Hermandad, lo dijo en su participación: “es mi zambomba”, venía de cantar en otro lugar, estaba algo cogido de la garganta, pero no se notó en el villancico, a su estilo, con proyección y compartiéndolo con los asistentes para hacerle compás, poco florilegio, el año pasado estuvo mejor, pero lo de José es comprensible, vaya sacrificio que hace por estar con la Hermandad!!

- ¿Y los demás, que mensaje dejaron? Involucrados y con buenos aportes, derramaron Azúcar y Canela en el proscenio los hermanos Del Toro, Carmen, Sergio, Antonio el Maleno, palmeros,… el arte de Lebrija siempre tendrá valor, aquí y allí hay una juventud que va a dar mucho ruido.

Los Canasteros hacía unos años que no venían y quizás fue esa frialdad al empezar, todo pautado por Rubén poco a poco fueron entrando, la clave fue el tema “Agua de rosa” interpretado por Nieves Ganfornina, voz embrujada y sus lágrimas al acabar el villancico junto al aplauso de los concurrentes dijeron mucho.

Después el grupo fusionado por Lebrija, Jerez y Las Cabezas nos acercaron a la Nochebuena, con ritmo flamenco envolvieron al lleno de las butacas, Juan, Carmen, Chonchi y Nieves, estaba por allí El niño Juanito que se canta y se baila p’a reventar, pero estaba muy inspirado en la noche del viernes para salir.

Y que no me se olvide Pedrito, hijo de Pedro Peña, puso su granito en su villancico y de coro, quizás el peso de su padre y de Inés lo eclipsó, pero tiempo al tiempo.

Y por obligación, que no me olvide de la ausencia errante de una de las faraonas del baile gitano,  Concha Vargas, por motivo gripales no pudo estar allí ni ella ni su hija.

- ¿Qué peso tiene esta Zambomba en Lebrija? Todavía no somos conscientes de su peso, pero es hora de analizarla y ver que son 22 años, y casi todos de una envergadura abismal, han salido de ahí muchas voces y siguen saliendo, y el trasfondo que hay detrás es para tirar las sillas por lo alto, la fe a una Hermandad, el patriotismo gitano a dos imágenes, y sobre todo la fidelidad lebrijana a la Hermandad de los Gitanos de Lebrija.

Comenzó el llanto de la Navidad, ¡ vámonos cantando que ha nacío el Niño Jesús!
Ea ea ea bendita su cruz 
¡Vámonos cantando que ha nacío el Niño Jesús!
Quítale los clavos que se ha dormío en Belén de la Fontanilla.

Más fotos del espectáculo:

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Añadir a favoritos el permalink.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>