LA PASCUA de Luis de Chimenea nos muestra cómo viven los gitanos la Navidad

Una gran familia de artistas de Lebrija y el Campo de Gibraltar arropada por voces más consagradas del panorama flamenco

Los artistas invitados eran una apuesta de éxito seguro. Voces consagradas ya, profesionales del mundo del flamenco y la canción española, que están en la actualidad en la cima del éxito. Todos ellos se muestran solidarios y apoyan el espectáculo de LA PASCUA DE LOS GITANOS EN LEBRIJA. Acuden generosos a la llamada del principal convocante Luis de Chimenea en torno a las fechas navideñas.

Jesús Méndez cantó más cerca de la Paquera que nunca, tan acostumbrados estamos a escuchar a la desaparecida cantaora jerezana cantarle a la navidad. “Por los caminos de Egipto” se acercó el jerezano a los sones de las zambombas del pueblo vecino. María José Santiago venía entrenada en su gira navideña por otros muchos teatros y lo demostró sobre el escenario, poniendo a cantar al patio de butacas con el conocido villancico “Envidia…”. Pepe el Marismeño cantó su “Gloria” y mostró su generosidad donando juguetes para los niños y niñas de Lebrija que más lo necesiten. Y el Giraldillo al Cante de la última Bienal, Antonio Reyes, hizo sus cantes de baja mar, acompañado por la guitarra también premiada de Manuel Valencia, con los clásicos “Campanilleros” de Manuel Torres.

A este cócktel de éxito, que hizo que las entradas estuvieran vendidas desde prácticamente antes de ponerlas a la venta, hay que sumarle los incondicionales hermanos Morancos, César y Jorge Cadaval, que por segundo año consecutivo acuden a la cita y demuestran que lo suyo es mucho más que contar chistes. Sienten, realmente, afinidad por los gitanos de Lebrija y su entorno.

Y ahora dicho esto, me van a perdonar los artistas consagrados, porque me voy a referir a la verdadera Pascua Gitana y al ambiente familiar que vivimos en la noche del pasado 16 de diciembre en el escenario del Teatro Municipal de Lebrija. Y me voy a quedar con los principales villancicos como favoritos: el que cantó Luis de Chimenea hasta partirse la camisa, en homenaje a Turronero, con arreglos del músico de San Roque, guitarrista y cantaor, Manuel Peralta Flores, que también nos deleitó con unos minutos por bulerías que parecía haberlos sacado del fondo de un cofre. Y el poema del poeta de la generación del 27, Gerardo Diego, que cantó Anabel Valencia como si fuera a arrumar a su hijo hasta que la rabia la partía en dos, “yo no sé, no sé, con qué lo envolveré yo, cuando venga, no sé…”.

Además, hubo otros: “Diciembre” de Manuel Terremoto, que interpretó Luis de Mateo con un temple propio de los viejos cantaores de otros tiempos. No me puedo quedar aquí, porque la voz casi negra, salinera y cosmopolita de Manuela Montoya nos deleitó con un villancico rebuscado “Sirva tu cuna”. Y Jesús de la Frasquita ya nos tiene acostumbrados a su cante certero; Manuel Vega “P’a que no llorara” y las guitarras de Currito Malena, Juan de Clemente y el ya mencionado Manuel Peralta. A la percusión Juan Manuel Hidalgo, Marote Jesús Román y el niño Mario Carrasco. A la gran familia se ha unido este año un músico excepcional, que ha encajado con sus interpretaciones de trompeta, el cubano Ranffis Erik Nardos. Y las palmas y los jaleos y el alma de la Pascua de Rocío al Turronera y Vero Bermúdez Monge.

Luis de Chimenea ha inventado una fórmula que funciona. Se ha salido del saco de las zambombas, que las hay a montones, y ah imprimido un sello propio con su Pascua Gitana. La donación de fondos de la taquilla a una asociación de enfermos de alzhimer y la recogida de juguetes dan carácter solidario a su pascua. Pero es mucho más: Luis de Chimenea intenta crear en el escenario el verdadero ambiente de una casa de una familia gitana en navidad. Villancicos, emociones, sentimientos… y una guasa gitana de pasarlo bien y estar a gusto que hizo que se vistiera de angelito para el fin de fiestas como si se tratara de una fiesta particular en el salón de una casa.

Veamos este álbum de fotos del fin de fiestas:

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VIDAS GITANAS. LUNGO DROM en Jerez con las Familias Gitanas de Lebrija

La exposición sobre las VIDAS GITANAS permanecerá en Jerez hasta el mes de febrero

Gitanos

CARTEL Exposición Vidas Gtianas. Lungo Drom en Jerez de la Frontera

La exposición organizada por la Fundación Instituto de Cultura Gitana y Acción Cultural Española, con la colaboración del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, recorre la historia del Pueblo Gitano desde su llegada a España —procedentes del noroeste de la India en los albores del siglo XV— hasta nuestros días, para reconocer y poner en valor las aportaciones romaníes a la cultura española, y combatir así unos estereotipos ancestrales que relegan a la minoría más antigua, más numerosa y más representativa de nuestro país a unos anquilosados tópicos de asistencialismo social o de folclore pintoresco que han venido perpetuado históricamente el desconocimiento y la desconsideración de su cultura.

El Instituto de Cultura Gitana seleccionó, en su día, para esta Exposición que ha viajado ya por gran parte de Europa, cuatro fotografías de la muestra FAMILIAS GITANAS DE LEBRIJA que organizó la Asociación Cultural del Pueblo Gitano de Lebrija con fotografías de Araceli Pardal. Precisamente, estas fotos que forman parte de la sección dedicada a la familia de la gran exposición, fueron seleccionadas por dar una imagen de “normalidad” del pueblo gitano, fuera de tópicos y estereotipos.

La representación de las FAMILIAS GITANAS DE LEBRIJA en la Exposición Vidas Gitanas:

La Exposición VIDAS GITANAS. LUNGO DROM estará expuesta en el Palacio de Villavicencio (Alcázar de Jerez) del 19 de diciembre al 15 de febrero de 2015.

La muestra reúne más de 300 piezas entre fotografías históricas y contemporáneas; audiovisuales, objetos etnográficos y documentos que muestran la pujanza cultural de un pueblo heterogéneo, pero orgulloso de su compartida gitanidad, que mira a un futuro que no es ajeno a los profundos cambios sociales de nuestro tiempo, y en el que destacan sus nuevas manifestaciones artísticas y el emergente protagonismo de las mujeres gitanas.

La primera referencia documental conocida que atestigua la llegada de los gitanos a la Península Ibérica es el salvoconducto expedido en 1425 por el rey Alfonso V de Aragón donde se hace referencia a un grupo de personas capitaneadas por “Don Juan de Egipto Menor”, exigiendo que sea “bien tratado y acogido”.
Tras una historia ignominiosa de leyes represivas (desde la primera pragmática antigitana de 1499, firmada por los Reyes Católicos hasta la Ley de Vagos y Maleantes y el Reglamento de la Guardia Civil durante el franquismo) el devenir histórico de los gitanos ha conocido la opresión, el desprecio y la marginación. La Gran Redada, o Prisión General de Gitanos, persecución autorizada por Fernando VI en 1749 con el objetivo declarado de llevar a prisión a todos los gitanos del Reino, fue uno de sus máximos exponentes. La exposición recoge algunos de los documentos históricos más relevantes de los siglos XV al XVIII.
La muestra propone también una mirada al romanticismo y a la influencia de lo gitano en la creación artística a través de grabados y fotografía antigua, procedentes de diversos museos y colecciones particulares. Avanzando el tiempo, la exposición serpentea por los oficios históricos, la realidad de los gitanos a finales del siglo XIX, principios del XX, y cómo se representa a los gitanos en esta época de manera idealizada a través de las miradas extranjeras de los viajeros fascinados por Andalucía. Desde grabados de Doré a las antiguas fotografías de Napper, de cuya serie dedicada a España, la exposición muestra la que pudiera ser la primera imagen fotográfica en la que aparecen gitanos en nuestro país.
Vidas Gitanas se detiene en la mirada de las artes hacia lo gitano tanto en la literatura –con obras de las vanguardias, de la generación del 27 con Lorca como icono, mostrando un facsímil del Romance sonámbulo que la Fundación García Lorca ha cedido para la ocasión; como en las artes plásticas o en la inspiración gitana en la música de Falla, Granados o Albéniz, o la singular impronta gitana en la tauromaquia.
En la posguerra y en las décadas de los 50 y 60 se produce la inmigración de muchos gitanos del campo a las ciudades, y de éstas a los suburbios: un forzado exilio interior que acentúa la marginación. Un periodo difícil, pero lleno de vitalidad, como reflejan las fotografías de Jacques Lèonard cedidas por el Arxiu Fotogràfic de Barcelona; de Steve Kahn y las imprescindibles obras de Catalá Roca, Colita o Vidal Ventosa. Es precisamente en esa época donde el franquismo utiliza algunas figuras del arte gitano para su promoción a través de numerosas películas con temática andaluza. Junto a carteles, programas de mano y revistas de la época, se pueden ver proyectadas una selección de las escenas más representativas de aquellos años.
De manera transversal, el flamenco acompaña al visitante a través de toda la muestra. Desde su génesis en las familias gitanas de la Baja Andalucía hasta el “nuevo flamenco” simbolizado en la grabación del disco La leyenda del tiempo de Camarón.
La exposición resalta también la vida gitana cotidiana, muy poco conocida, y cómo los gitanos han llegado hasta nuestros días superando tantas dificultades, cuáles son sus inquietudes, y cómo se vislumbra el futuro con nuevos retos como la formación académica y la creciente participación social y política. El proceso de la incorporación al sistema educativo, los oficios de hoy, más allá de la venta ambulante, la religiosidad -entre otros aspectos sociológicos- son tratados con recursos textuales e ilustrados con publicaciones y documentos e imágenes del mejor fotoperiodismo, junto a las maravillosas fotografías de Isabel Muñoz y Cristina García Rodero.

* VIDAS GITANAS fue seleccionada por el Programa Cultura 2007-2013 de la Comisión Europea, lo que ha permitido durante un año su itinerancia internacional. El programa Romani Lives reunió en torno a este proyecto -junto a la Fundación Instituto de Cultura Gitana – a las entidades Keja Foundation (Hungría), Kultur Österreich (Austria) y Palco de Sombras (Portugal). La muestra fue expuesta en 2013 en las ciudades de Budapest, Viena, y Lisboa.