El Ballet Flamenco en las JORNADAS DE OTOÑO del Teatro Municipal “Juan Bernabé”

El Ballet Flamenco de Andalucía representa el lunes 13 de octubre “En la memoria del cante: 1922″

Teatro Municipal Juan Bernabé

BALLET FLAMENCO DE ANDALUCÍA

Viene el Ballet Flamenco de Andalucía a Lebrija, dentro de la programación de las JORNADAS DE OTOÑO 2014 que se celebran en el Teatro Municipal “Juan Bernabé”.

Será el próximo lunes, 13 de octubre, a las 21 horas. El Ballet Flamenco de Andalucía nos trae un homenaje a las figuras que se dieron cita en el Concurso de Cante Jondo celebrado en Granada en el año 1922. El espectáculo quiere ser una reflexión sobre aquel acontecimiento flamenco, liderado por Manuel de Falla, narrando lo que allí sucedió y reivindicando lo que supuso para al continuidad del arte flamenco como seña de identidad en Andalucía.

A lo largo de una hora y cuarto de espectáculo se homenajea a los artistas que marcaron aquel momento crucial para el flamenco, recuperando cantes y piezas de la que fue testigo la Plaza de los Aljibes de Granada, donde se celebró el concurso, impulsado por un joven Federico García Lorca.

El Ballet Flamenco de Andalucía, creado hace ahora 19 años, se ha convertido en el mejor medio para abrir nuevos mercados para el flamenco, ha pasado por los escenarios de todo el mundo y por los escenarios andaluces.

En estos momentos, está dirigido por Rafaela Carrasco, una bailaora  implicada desde los comienzos en este proyecto público.

JUAN PEÑA EL LEBRIJANO clausura la Bienal de Flamenco con la dignidad de los viejos gitanos

Dorantes le ofreció por bulerías un mar encrespado a José Valencia donde lanzar sus Bienaventuranzas

Bienal de Sevilla 2014

BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2014_Juan Peña El Lebrijano

Mira que llevábamos ganas de escuchar el cante de galeras en vivo, después de tantos años de repaso de sus discos; teníamos ganas de remontarnos a la época de La Palabra de Dios a un Gitano, años en los que se nombraba a las cosas por su nombre y se cantaba sin atender a lo políticamente correcto; teníamos ganas, el público, que ocupaba las 1.800 localidades del Tearo Maestranza, de tocar las palmas al son de la música marroquí, sintiéndonos en tierra de nadie; y teníamos ganas de sentirnos de nuestra tierra y recordar los aires de la Perrata de boca de sus sucesores y familiares directos… Pero el espectáculo no hubiera sido el mismo sin la escena del Maestro, en la que Juan Peña se deja los machos para cantar por soleá y por seguiriya bajo el peso de su memoria.

Inés Bacán hizo honor a su familia y a su tierra, a medio camino entre Utrera y Lebrija, y cantó acompañada por la guitarra de Antonio Carrión unos romances que situaron el espectáculo en el origen de la trayectoria profesional de Juan Peña El Lebrijano. Tomás de Perrate cantó en el tono bajo que le marcó la guitarra de Ramón Amador las cantiñas de Pinini, compartiendo con Carmen Ledesma uno de los mejores momentos de baile de todo el espectáculo; dos artistas que se conocen bien en la intimidad de las fiestas familiares, las mismas en las que Juan Peña fue definiendo su cante y absorbiendo el de los demás.

Ésta es la escena que más nos sobrecoge. La escena del Maestro, en la que Juan Peña demuestra que su cante no tiene edad y que su eco es mucho más que una buena voz. Por soleá, acompañado por la guitarra de Pedro María Peña, recoge un catálogo de estilos y letras que vienen de lejos y ya han pasado a otras generaciones. Pero es en la seguiriya donde Juan lucha más consigo mismo, echa el cuerpo para atrás y renace en cada instante para rematar con la dignidad de los viejos maestros.

La transición de la parte más íntima a la de los grandes éxitos la hace David Peña Dorantes con su piano. No se pueden tocar con más cariño los tientos-tangos a su tío y con más compás las bulerías, ofreciéndole a José Valencia un mar encrespado donde lanzar sus Bienaventuranzas, en un reencuentro emotivo sobre el escenario del joven cantaor lebrijano con los Peña.

Bienal de Sevilla 2014

BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2014_Juan Peña El Lebrijano

Mención especial las voces de los coros, todas masculinas, de Juan Reina, Sergio Romero y Juan SanJuan. La identificación del espectáculo, bien pensado y dirigido por Pedro María Peña, con el pueblo de origen de Juan Peña, en imágenes de video y con la presencia permanente de una L gigante de Lebrijano y un perfil de su Lebrija natal.

Y una escena para rememorar Persecución, la obra magna de El Lebrijano, con el baile trepidante de El Carpeta y la voz melódica de Juan José Amador. Carmen Ledesma intenta entrar en escena, pero El Carpeta ocupa, demasiado tiempo para mi gusto, el centro del escenario. La voz de Félix Grande en off vuelve las cosas a su sitio, Juan Peña ocupa su silla y nos ofrece, al público emocionado, la muerte civil de los gitanos.

No podía faltar la voz árabe de Redduane Kourrich, que se mereció un ole certero de la sala e introdujo la escena de la música andalousí, con violín y percusión del país vecino. Juan Peña puso a Marruecos en el mapa, cuando a principios de los 80 grabó con la Orquesta de Tánger. Después de Lágrimas de Cera y a la altura de Dame la Libertad, el público estaba en pie palmeando por el recuerdo de otros tiempos y por el presente de un gran cantaor que ha definido un estilo y se ha atrevido con todo.

El fin de fiestas estaba pensado para que Diego Carrasco hubiera animado la parranda, con su estilo desenfadado y al compás de Jerez; pero El Lebrijano lleva la juventud en la sangre, se encontraba a gusto y, como si se encontrara en un ambiente más íntimo y familiar, se animó para el baile, rematando la fiesta con una pataíta magistral por bulerías.

Cuando el Lebrijano canta… el aire se hace libre, te vienen ecos de la Perrata, empieza a oler a suelo mojado de las marismas y, también… como decía Gabriel García Márquez, se moja el agua.

Fotografías cedidas por la Bienal de Flamenco de Sevilla: