“Se escribe y se canta lo que se vive”, dice Gil Buiza sobre las sevillanas corraleras

El antropólogo de la Universidad de Sevilla nos habla del orígen de las sevillanas en los corrales de vecinos

“Se escribe y se canta lo que se vive”, quiero comenzar con esta frase la presentación de este acto dedicado a la sevillana corralera de Lebrija y a sus intérpretes.

Se trataba de un acto organizado por el grupo “Por amor al arte” en El Benito, un lugar con encanto especial en las inmediaciones del pueblo con el campo lebrijano, un anfiteatro natural en el que más de 300 personas disfrutaban de un homenaje a las sevillanas propias de nuestra localidad: “Son Corraleras”.

El antropólogo José María Gil Buiza era el encargado de presentar el espectáculo: “Me parece esencial, antes de resaltar las características peculiares de las formas folklóricas que más se identifican con este entorno, el hacer unas consideraciones previas para valorar científicamente su personalidad propia”.

Y habló de las seguidillas, los orígenes históricos de estas danzas tan antiguas. Y de algunos documentos literarios que hacen referencias a bailes antiguos entroncados con las seguidillas, hasta que empezaron a diferenciarse las seguidillas sevillanas.

Gil Buiza desembocó rápida y de forma muy amena en la sevillana corralera y el entorno microsocial y vital del corral de vecinos: “Desde los siglos XVI y XVII, como continuación de la cambiante urbe árabe, aparece en Sevilla un entorno vital que continúa vigente hasta la segunda mitad del siglo XX”.

“En este entorno se realiza la vida de núcleos comunales en la ciudad y, obviamente, de aquellos pueblos próximos a ella. En el corral se comparte todas las alegrías, las penas, la vida y la muerte, las enfermedades… y una cultura folklórica y popular que basa en la tradición oral su continuidad y su aprendizaje”.

En el corral de vecinos nace y se desarrolla nuestra sevillana corralera: “En aquella ciudad que en invierno olía a castañas asadas, a cisco picón y alhucemas. Las gentes de los corrales que poseían una cultura más que limitada, aprendía de memoria de viva voz nuestras sevillanas corraleras; que lógicamente versaban sobre su entorno”.

Continúa Gil Buiza sobre la temática de las corraleras: “Y sobre el tema principal al que más le ha cantado la lírica universal: el amor. las corraleras hablan de amores, de insinuaciones, de picaresca jocosa; y en Sevilla, además, de dos temas de la Sevilla industrial: de la Fábrica de Tabacos y de la loza Trianera y Cartujana”.

 
LLevan las Cigarreras / en la mantilla
un letrero que dice / ¡viva Sevilla!
Y en los zapatos 
un letrero que que dice / ¡viva el tabaco!.
 
Mi novio es cartujano / pintor de loza
que pinta palanganas / color de rosa.
Así lo quiero
que pinte palanganas / color del cielo.
 

La sevillana corralera está creada para el baile: “Sus ritmos rápidos, acompañados por instrumentos de percusión, propician los movimientos de cruce que posiblemente más nos acerquen a las seguidillas de Lope de Vega y al Siglo de Oro. En Lebrija, además, adquieren una personalidad más que propia”.

En Lebrija, además del corral están las Cruces de Mayo: “Esas celebraciones que tuvieron origen pagano, alrededor del árbol de la fecundidad. Y que no son otra cosa en el tiempo que el nacimiento de la vida en primavera. Explotando con sus flores sus cosechas, su luz, el rito coqueto de las mujeres que derraman su capacidad creadora sobre la tierra que las vió nacer. Las transformaciones de los ritos paganos a cristianos es una constante en la historia de la sociedad occidental”.

“Pero además, las corraleras de Lebrija tienen un carácter propio por sus ritmos, por el empleo ritual de la copla para ser bailada y por el empleo de instrumentos de percusión. Actualmente son una prueba viva de un proceso de aculturación interno que se conoce como tradición oral. Las mujeres de Lebrija que cantan las corraleras no tienen porqué conocer el origen de los Mayos, ni las circunstancias históricas. Han aprendido de sus madres y de sus abuelas cómo hay que hacerlo y se han identificado por sí solas con aquellas letras que decían lo que en cada momento ellas sentían”.

“Esto unido a que Lebrija está lo suficientemente aislada de otros lugares ha hecho posible la conservación en estado puro del dato único en antropología de la sevillana corralera de Lebrija. Disfrutad de ellas, de vuestras corraleras, porque sois uno documento vivo y único del folklore más puro de nuestra bendita Andalucía”.

 

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One Comment

  1. Tienes ojos y alma de reportera…Una vez más, me identifico con tu mirada. Gracias por tu atención y por el tiempo que nos dedicas. Un placer tenerte cerca. Un beso .

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