Ricardo Rodríguez Cosano hace un recorrido por la saeta flamenca y sus más importantes intérpretes
Ecce Homo, Ecce Homo en tu cabeza pusieron una corona de espinas y muerte para ti pidieron unas voces asesinas. Pilatos quiso salvar al pobrecito Jesús pero la gente pedía que muriera en una cruz a las claritas del día. Padre mío, te han condenao siendo un cordero inocente. Pilatos lavó sus manos y el pueblo pidió tu muerte. ¡Ay, Cristo de los Gitanos! ¡Cuánto tuvo que pasar la Madre de los gitanos, Virgen del Mayor Dolor, cuando aquellos inhumanos se reían del Redentor.
“Una oración personal e íntima”, así describe el profesor Ricardo Rodríguez Cosano al cante por saeta que en la noche del sábado, 22 de marzo, ofrecieron al Cristo del Ecce Homo y la Virgen del Mayor Dolor nueve saeteros de Lebrija, El Cuervo y Trebujena.
Un acto solemne pero sencillo, organizado por primera vez en Lebrija por la Hermandad de los Gitanos.
“LA SAETA, triste dolor del sur / que en primavera se transforma en lamento sorprendido
escapando si querer como un herido / hecho de cante jondo y cadavera
oración singular noble y austera / surgiendo como un místico latido
del corazón de un pueblo dolorido / que reza con fervor a su manera”.
Manuel Calvo Morello